El filtro de partículas es el encargado de hacer que tu auto diesel sea menos contaminante, aunque tenerlo puede traerte más de un quebradero de cabeza, tan solo porque requiere de un mantenimiento frecuente, al contrario de lo que sucede con muchas otras piezas del auto.
Este dispositivo es conocido como FAP o DPF, se encuentra en la zona del tubo de escape y tiene como misión principal poder retener en sus paredes porosas aquellas partículas que generan los motores de los autos, especialmente los que utilizan combustible diesel. Con ello, se consigue reducir el nivel de emisiones de estos autos.

Cuando el filtro de partículas está lleno de carbonilla y suciedad, él mismo tiene la capacidad de incinerarlo todo a través de un proceso que se conoce como regeneración. En este aspecto, hay que decir que el periodo de regeneración del filtro de partículas va variando en función del uso del vehículo, pero normalmente se sitúa entre los 500 y los 800 kilómetros.

Para poder hacerlo, el motor inyecta más cantidad de combustible para aumentar la temperatura de los gases en el escape a lo que se conoce como temperatura de autoincineración, que está en 1.022F (550C). Durante estos procesos, los consumos se van incrementando ligeramente y el sonido del motor puede sonar ligeramente más agresivo, pero no da más potencia, simplemente hace ruido.

Un gran número de vehículos diesel nuevos que se comercializan en todo el mundo, especialmente en Europa y Norteamérica, equipan ya este dispositivo anticontaminación, siendo algo obligatorio para las marcas desde hace unos cuantos años.

¿Cómo podemos saber que algo falla en el filtro de partículas?

Una de las formas más comunes con la que la mayoría de conductores se enteran de que existe un problema con este dispositivo es cuando se enciende el piloto de aviso. En ocasiones es porque el dispositivo se ha llenado de hollín, aunque están dotados de un sistema de auto limpieza y a pesar de que algunas marcas aseguran que no se requiere mantenimiento, lo cierto es que hay que proporcionarles un mantenimiento de forma periódica.

Sin que el conductor se dé cuenta, poco a poco (aunque depende del modelo y fabricante) se produce una regeneración de este componente aproximadamente cada 200 kilómetros. A pesar de ello, para poder iniciar el proceso de auto limpiado se requiere que se den determinadas condiciones.

Durante l proceso de auto limpiado, los depósitos de carbonilla que tiene el filtro de partículas se incineran gracias a las altas temperaturas que alcanzan los gases de escape. De esta forma, el filtro queda despejado, aunque es posible que quede algún depósito que vaya acumulando suciedad y haya que cambiarlo por otro nuevo.

A pesar de ello, muchos de los problemas aparecen de forma prematura debido al exceso de trayectos cortos, con lo que finalmente no se llega a alcanzar la temperatura necesaria para quemar los residuos o solamente se llega en momentos cortos de tiempo.

¿Qué averías puede tener el filtro de partículas?

Una de las principales averías del filtro de partículas, es provocada por conducir en ciudad, lo que hace que no se pueda llegar a circular a elevadas revoluciones, lo que hace que se acumule la carbonilla y ésta no pueda ser incinerada porque no se llegará a la temperatura necesaria.
Para ello se requiere entre unos 15 y 20 minutos.

Si no se llega a ese tiempo, o un poco más, el filtro de partículas se irá obstruyendo poco a poco y no podrá auto limpiarse, lo que hará que se encienda el piloto de “Check Engine”. En este momento el motor perderá potencia, por lo que lo más recomendable es ir a un taller para poder acabar con esa situación y ordenar una regeneración forzada con un equipo de diagnosis específico, aunque no siempre es posible y esto hará que la factura del taller pueda aumentar considerablemente.

Al circular por ciudad, solemos hacerlo por debajo de las 2000rpm, lo que hace que no se pueda regenerar el filtro. Lo recomendable es salir cada 1.000 kilómetros y circular al menos durante media hora a unas 2.500 revoluciones por minuto, pudiendo aumentar el régimen a 3.000 y así reducir el tiempo a unos 15 minutos.

Consejos de mantenimiento del filtro de partículas

Podría decirse que no existe un mantenimiento específico que el conductor pudiera realizar para este dispositivo del auto, aunque sí se pueden tener en cuenta varias pautas que harán más larga su vida útil. Lo normal es no apagar el motor mientras se está llevando a cabo la regeneración. Para saber que la está haciendo, si no se tiene un piloto específico en el tablero de mandos, hay que fijarse en el sonido del motor y comprobar si aumenta el consumo instantáneo.

También hay que prestar especial atención al lubricante que se utilice dado que aquellos autos que están equipados de serie con un filtro de partículas usan uno específico conocido como Low Saps (bajo en cenizas fósforo y azufre) y están preparados para soportar toda la suciedad que llega a producir el aceite cuando se inyecta más carburante del que es necesario para que se produzca la regeneración. Asimismo, se tratará de respetar el plan de mantenimiento que recomienda el fabricante.

Ahora ya sabes lo que debes hacer con el filtro de partículas, intenta evitar siempre que sea posible los trayectos cortos dado que el motor no podrá llegar a alcanzar la temperatura ideal de funcionamiento y no se facilitará la regeneración.

Para finalizar, hay que recordar que el filtro requiere de unos 1.022F (550C) para poder limpiarlo tal como os hemos dicho. Por eso es tan recomendable que de vez en cuando salgas a la carretera y apliques las pautas que te indicamos antes, es decir, rodar unos 30 minutos a un régimen de 2.500 revoluciones por minuto o 15 minutos a 3000 rpm, con lo que obligaremos al filtro de partículas a comenzar el proceso de auto limpieza y proporcionarle un correcto mantenimiento y hacer que dure más tiempo.