Seguro que te ha pasado en más de una ocasión que hayas dejado el auto aparcado en una zona donde no hay sombra, pasan las horas y cuando regresas a por el auto, entras y parece que entras en el mismísimo infierno. Eso es uno de los problemas que tiene el verano y la mala suerte de no contar con un garaje o un espacio protegido del sol.

Para muchos conductores es uno de los peores momentos que hay a la hora de subir al auto, sobre todo tras un largo día de trabajo donde lo único que se desea es descansar y refrescarse un poco y lo que menos quieren es asarse, literalmente.

Precaución con la temperatura del auto aparcado al sol

La temperatura que puede llegar a alcanzar un auto aparcado al sol, no son nada recomendables, como no es recomendable que entres, pongas en marcha el vehículo y salgas a conducir. Puede llegar tranquilamente a 60 grados centígrados (140º F), por lo que no es nada recomendable subir y mucho menos si se va con bebés, niños, personas mayores o incluso animales porque pueden sufrir un golpe de calor y desvanecimiento.

La precaución es la mejor arma que se puede tener en estos casos. Siempre que se tenga la oportunidad, hay que aparcar el auto bajo cualquier zona de sombra con lo que poder reducir al máximo el efecto del sol sobre el vehículo.

En caso de que no sea posible, siempre se puede colocar alguna clase de protector en los cristales, lo que además de ayudar a reducir notablemente el aumento de la temperatura, también evitará que se sobrecalienten los plásticos del interior del vehículo. Éstos pueden llegar a deformarse si el sol incide durante mucho tiempo sobre ellos y con gran fuerza.

Además, también se protegerá el resto de elementos del interior del auto dado que la acción de los rayos del sol puede hacer que envejezcan antes de tiempo, como los citados plásticos y también otros como el volante, palanca de cambios y la tapicería entre otros.

Otro problema que podemos encontrar es si nuestro auto tiene techo solar o calienta cocos. En este caso debe dejarse la protección interior cerrada para evitar que los rayos del sol accedan al interior del habitáculo y lo calienten demasiado. Algunos de los modelos más modernos cuentan con cristales protectores de gran eficiencia contra el sol, con una doble capa protectora de cristal y un tratamiento específico para luchar contra el calentamiento solar.

Debemos procurar una temperatura adecuada en el interior del auto

Aunque hayamos tomado todas las precauciones posibles, seguro que el habitáculo del auto tiene una temperatura endemoniada. No hay que perder la calma y hay que enfrentarse con inteligencia a esta situación.

El principal objetivo es reducir la temperatura al máximo antes de acceder al interior del vehículo. Por ello, lo más lógico es abrir todas las puertas y el portón trasero para que el aire caliente salga del interior y si tenemos la suerte de que haya viento, lo haga mucho más rápido. En este caso, la temperatura no se reducirá drásticamente, pero eliminaremos el horrible calor que suele haber en el interior del habitáculo en estos casos.

En México sabemos que en algunas partes del país el sol pega duro y a veces tendremos que esperar un buen rato con todo el auto abierto para que baje un poco la temperatura del interior, pero aún así, seguirá siendo elevada, al menos hasta que nos pongamos en marcha.

Lo que no se recomienda es entrar al vehículo, ponerlo en marcha y conectar el aire acondicionado o el climatizador a toda potencia. De esta forma se conseguirá bajar la temperatura pero el gasto energético puede llegar a ser bastante importante. No tiene sentido poner el aire acondicionado a máxima potencia con las puertas abiertas, ¿no crees?

La paciencia es la madre de todas las ciencias y a no ser que se tenga demasiada prisa, seguro que no te importará esperar unos minutos para hacer que el aire caliente se vaya del habitáculo. Seguro que no te gustaría entrar en el auto tras que este haya estado durante todo el día al sol, posiblemente te arrepientas.

Hay que buscar siempre la máxima comodidad al conducir

Eso sí, una vez dentro, cuando se tome el auto y se vaya a conducir, hay que hacerlo con la máxima comodidad posible, por lo que sí se puede poner el aire acondicionado o el climatizador durante un rato con las ventanillas cerradas. En el momento en el que el auto se ponga en marcha, se puede apagar el sistema y circular con las ventanillas abiertas y la temperatura bajará de manera considerable.

Lo que más importa es al menos igualar la temperatura que hay en el exterior con la del interior, algo que nos ayudará a sobrellevar mucho mejor la temperatura a la que se encontrará el habitáculo. Una vez se haya igualado la temperatura del exterior con la del interior, ya se podrán subir las ventanillas y poner el aire acondicionado para viajar de una forma mucho más cómoda.

Lo que hay que procurar es no enfriar demasiado el interior del auto porque el cambio brusco de temperaturas puede hacer que acabemos teniendo un resfriado. Lo más coherente, prudente, ahorrador y sano, es establecer una temperatura adecuada cuando se haya enfriado el auto. Lo normal es poner la temperatura como mucho cuatro grados más baja que en el exterior.

Todo esto puede parecer una tontería, pero lo cierto es que a muchas personas les ha pasado algo así. Han dejado el auto aparcado en una zona donde no había sombra, el auto ha estado bajo los rayos del sol horas y horas y han entrado en el vehículo. El conductor ha puesto en marcha el vehículo y se ha desmayado por las altas temperaturas o ha sufrido un golpe de calor, algo que ha requerido de la atención de los médicos porque con esos síntomas no se puede conducir.